
El uso de navaja clásica para afeitar la mandíbula y el cuello es una técnica que combina tradición, precisión y un acabado impecable.
Aunque requiere algo de práctica, este método resulta ideal para aquellos que buscan un afeitado apurado y respetuoso con la piel, especialmente en áreas difíciles como la mandíbula y el cuello.
A continuación, exploraremos los beneficios, técnicas y cuidados necesarios para dominar esta herramienta.
¿Por qué elegir una navaja clásica?
Afeitarse con una navaja clásica tiene varias ventajas sobre las maquinillas modernas, especialmente cuando se trata de áreas sensibles como la mandíbula y el cuello:
- Mayor precisión: Su diseño permite acceder con facilidad a contornos y áreas complicadas.
- Cuidado de la piel: Con un buen uso, reduce la irritación al necesitar menos pasadas.
- Economía y sostenibilidad: Las navajas clásicas son duraderas y generan menos residuos que las maquinillas de plástico.
Sin embargo, es esencial aprender la técnica correcta para aprovechar al máximo sus beneficios y evitar cortes o molestias.
Consejos para afeitar la mandíbula y el cuello con navaja clásica
El uso de navaja clásica para afeitar la mandíbula y el cuello requiere atención y cuidado. Sigue estos pasos para obtener un resultado profesional:
1. Prepara tu piel adecuadamente
Lava tu rostro con agua tibia para abrir los poros y suavizar el vello. Aplica una crema o jabón de afeitar de calidad con una brocha para crear una barrera protectora e hidratar la piel.
2. Usa una navaja bien afilada
Asegúrate de que la navaja esté correctamente afilada. Una hoja sin filo puede tirar del vello y causar irritaciones o cortes.
3. Encuentra el ángulo correcto
El ángulo ideal para una navaja clásica es de aproximadamente 30 grados. Sostén la navaja con firmeza y deslízala suavemente en la dirección del crecimiento natural del vello, especialmente en el cuello, para evitar pelos encarnados.
4. Tensa la piel con una mano
Usa tu mano libre para estirar ligeramente la piel en la zona que estás afeitando. Esto reduce irregularidades y ayuda a la navaja a deslizarse con mayor fluidez.
5. Afeita en secciones pequeñas
Divide la mandíbula y el cuello en pequeñas áreas y trabaja lentamente. Para la mandíbula, enfócate en seguir su curvatura natural, y para el cuello, presta atención a los cambios en la dirección de crecimiento.
6. Enjuaga y cuida la piel después de afeitar
Después de terminar, enjuaga tu rostro con agua fría para cerrar los poros y aplica un aftershave hidratante y sin alcohol para calmar la piel.
Precauciones importantes
- Practica primero en áreas fáciles: Antes de abordar la mandíbula y el cuello, si eres principiante, practica en zonas menos complicadas como las mejillas.
- Evita presionar demasiado la navaja: La presión excesiva puede causar cortes. Deja que el peso de la navaja haga el trabajo.
- Usa buena iluminación: Asegúrate de tener una luz clara para evitar perder detalle en esas áreas curvadas o oscuras.

Conclusión
El uso de navaja clásica para afeitar la mandíbula y el cuello puede parecer desafiante al principio, pero con práctica y los cuidados adecuados se vuelve una técnica insuperable en términos de apurado y precisión. Además, el ritual de usar una herramienta tan tradicional añade un toque de elegancia y personalización a tu rutina de cuidado personal.